domingo, 10 de febrero de 2013

Gorriones gordos en mi cabeza


Seed estaba sentada en un banquito situado en el centro de un parque, entre sus manos tenía la mitad de una cupcake que devoraba con fruición. En cuanto acabó con ella, sacó un hilo negro y se puso a remendar unos vaqueros, de la forma más desastrosa posible, pues lo único importante era tapar ese agujero por el que asomaba la carne, el resultado estético daba igual. Era uno de los muchos pantalones que había reventado con sus prominentes muslos, pero había decidido que era más barato "malcoser" que comprar otros nuevos.

Seed cosía con una media sonrisa en los labios, pues hacía tiempo que le importaba bastante poco reventar pantalones, ya que se encontraba muy agusto con la vida. De repente, llamó su atención un orondo gorrión que picoteaba los restos de la desaparecida cupcake. Era uno de estos gorriones gorditos que van dando saltos, demasiado ligeros para su evidente sobrepeso.Cuando Seed reparó en él, este arqueó una ceja (si, en los cuentos, los gorriones tienen cejas) y la miró inquisitivamente:

-Seed, tienes 27 años. ¿Qué has aprendido de las personas?

Seed no se extrañó ante la pregunta del gorrión parlanchín, ni siquiera de que un gorrión gordo hablara, pues era consciente de que ella y el animalillo sólo formaban parte de una pequeña narración surgida de una mente ociosa que debería estar estudiando.

- He aprendido que hay gente narcisista, manipuladora, meteculpas, estafadora y autodestructiva, y a consecuencia de esto último, destructora de todo el que se ponga por medio. He aprendido que hay personas que necesitan la aprobación constante de todos y que si eso pasa por desconcharte a ti, lo hacen. También he aprendido que cuando no cumples las espectativas de las personas que habían diseñado tu futuro junto a ellas de una determinada forma, habiéndote adjudicado una personalidad y unas carasterísticas a su gusto, pueden descargar sobre ti un container de escombros del pasado, mezclado con una buena dosis de despecho, rencor y mentiras, para que cuando la gente te mire te vea bien linda, aunque no se hayan molestado en conocerte mejor.

-Vaya Seed, no has dicho nada bueno. Y ya que eres experta en defectos, ¿Podrías contarme los tuyos?

Seed se avergüenza y se mira los pies, siempre había enarbolado la bandera contra las críticas y los reproches y ahora acababa de vomitar todo lo reprimido sin ningún tipo de pudor. Sólo la cupcake seguía dentro de su estómago dándose un baño de jugos gástricos.

-Quiza...me centro demasiado en mis quehaceres y me olvido de algunos amigos...y...mhhh, tengo mal genio a veces..y..-
-Vaya Seed, eres muy benevolente contigo misma, todo eso comparado con lo que hacen las otras personas parece digno de una santa. ¿Porqué no me cuentas algo bueno?-

La muchacha seguía algo azorada por su evidente metedura de pata. Tal vez ahora pudiese areglarlo:

- He aprendido que hay amigas muy buenas que siguen ahí aunque sea una pasota incapaz de hacer una llamada de 5 minutos para preguntarles cómo están, porque me aceptan tal como soy. He aprendido que también hay personas lo suficientemente maduras como para no juzgar mi vida y que se alegran cuando me ven felíz. He aprendido que gente que apenas lleva unos segundos en el escenario de la obra de teatro que es mi vida, me aportan tanto como si las conociese desde la cuna, también se que no puedo mantener a mi lado a todas y cada una de las personas con las que he vivido estapas especiales, porque cada uno tiene su ritmo subiendo los peldaños, hay gente que te adelanta, y gente que queda atrás, si te aferras a su mano, no avanzas. También se que cada cabeza es un mundo y siempre puedo aprender algo de todas ellas. Tengo la certeza de que hay pedacitos de mi repartidos por muchos puntos del planeta y mi misión es ir a buscarlos, como si fuesen las bolas de dragón! -

-Te has entusiasmado Seed, sigue!-
-Hay personas que te ayudan a crecer, que crecen a tu lado...algunas son sorprendentemente generosas. Tengo amigos y familiares que se acuerdan de mi a pesar de estar en Madrid,Marruecos, Turquía o Malasia. Hay personas a las que admiro profundamente y me inspiran para saber qué camino quiero seguir y artistas que embellecen mi vida con libros y música. Y he descubierto que se puede amar para siempre-
-¿Para siempre?-
-Sí, para siempre-
-¿No es muy pronto para decir eso Seed?-
-Eso me dicen todos, pero yo no quería esperar hasta el último día de mi vida para tomar esta decisión...-

Los gorriones gordos primero picotean las sobras de tus cupcakes y después las de tu conciencia, para que no te olvides ni de mejorar antes de criticar, ni de las cosas buenas que adornan tu vida como las pasteleras adornan la coronilla de las cupcakes.

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