miércoles, 28 de noviembre de 2012


             Ha pasado ya el suficiente tiempo desde las elecciones catalanas para, ya en frío,  hacer un análisis de los resultados. Han sido un par de días de leer las interpretaciones de los medios de comunicación, de los propios partidos y de los grandes analistas políticos. Todos ellos son, de un modo u otro, profesionales de esto y por lo tanto, son los más autorizados para interpretar algo tan objetivo como son unas cifras electorales. ¿O no?

            Sin duda, lo más comentado ha sido el fracaso de CIU. Lanzaron un órdago amenazando con plantear un referéndum (que no la independencia como muchos han estado diciendo durante toda la campaña) si conseguían mayoría absoluta. Mucho se habló estas semanas sobre las verdaderas intenciones de Artur Mas y los suyos, y casi todos estaban (estábamos) de acuerdo en que no era más que una cortina de humo para tapar su pésima gestión al frente de la Generalitat. Mas sabía que no aguantaría la legislatura y se arriesgó con esta estrategia para intentar conseguir una nueva y más amplia mayoría para prolongar su mandato. Los resultados de su ofensiva ya la conocemos: pasó de 62 escaños a 50. ¿Cómo interpretan los analistas antes mencionados estos resultados? Pues evidentemente, como un rechazo a los planes de CIU. Hasta ahí creo que todos estamos de acuerdo. La siguiente cuestión que se plantean los mismos analistas es a dónde han ido a parar esos votos perdidos por CIU. En un ejercicio de agudeza mental sin precedentes y gracias a la simpleza de la aritmética, estos linces se han dado cuenta que ERC ha sumado 11 escaños, casi los mismos que CIU ha perdido. Para qué entonces plantearse nada más si es todo tan obvio.

            Nosotros vamos a rascar un poco más, o mejor dicho, vamos a pensar un poquito más que estos analistas. Pensar que un votante de CIU vaya a votar a ERC porque CIU plantea la independencia es de lo más absurdo. Si analizamos el prototipo de votante histórico de CIU, nos encontramos sobre todo con 2 tipos:

a)      Nacionalistas moderados, de clase media alta y a los que viene bien las políticas económicas proteccionistas de CIU

b)      Gente de derechas y no nacionalista, pero que le viene bien la políticas conservadoras de CIU

Siguiendo otra vez la lógica, el votante a) seguiría votando a CIU, porque su intención de profundizar en el camino de la independencia va acorde con sus ideales. En cambio, al votante b) ya no le conviene seguir votando a CIU. ¿De verdad alguien piensa que esas personas votarían a los partidos de políticas progresistas como ERC? ¿O a la CUP? ¿Al PSOE quizá? Seamos realistas: ese voto se ha mantenido en la derecha

            Y es aquí donde entraría la parte del análisis que afecta al resto de territorios del estado. El otro punto en el que se detienen los analistas es que el PP se mantiene en sus cifras, incluso suma un escaño más (pasa de 18 a 19) . Por supuesto, no han tardado los dirigentes del PP de todo el estado para interpretarlo como un apoyo explícito a sus políticas: sus votantes se mantienen, por lo que aprueban sus medidas de austeridad de las clases bajas y opulencia de sus amigos oligarcas. ¡Qué bien ha salido todo para la derecha española! Pues el nacionalismo se pega un batacazo y el PP recibe otro refrendo.

            Pero planteando la cuestión con lógica, no es descabellado pensar que muchos de los votantes de CIU, asustados por la “radicalidad” de Mas, apostaran por votar a Ciutadans, partido en teoría de centro izquierda pero que en la práctica no pasa de partido de “progres” sin ningún programa electoral más que evitar la desintegración de España. Ciutadans ha ganado 6 escaños, probablemente a costa de CIU pero aún faltan  6 de esos votos perdidos de Mas y los suyos. Siguiendo la lógica de antes, y descartando pues que el trasvase de votos haya ido a parar a la izquierda llamada “radical”, sólo nos queda pensar que esos 6 escaños han ido a parar al otro partido de derechas, al partido que históricamente ha representado a los caciques de toda la geografía española: el PP. Si así fuera, el análisis cambia mucho, pues el PP habría perdido muchos de los votantes que habían apostado por ellos en las anteriores elecciones y en su lugar habría recibido a otros muchos “de prestado” de CIU ante la recién estrenada política independentista de Mas.

Según este análisis, se podrían obtener las siguientes conclusiones:

-                     La izquierda, sumando votos de PSC, Iniciativa, ERC y CUP, iguala a votos (1.600.000) a la derecha (CIU y PP)

-                     Las opciones nacionalistas (CIU,ERC,CUP), superan por amplio margen (74 escaños a 61) a los no nacionalistas, y eso que contamos entre los últimos algunos que se consideran abiertamente federalistas y republicanos (Iniciativa, por ejemplo)

-                     El PP pierde apoyo entre las clases populares, en un claro rechazo a su política estatal. El PSOE se hunde “por la herencia dejada al pobre gobierno”

-                     UPyD sigue invirtiendo dinerales en campañas y no tiene respaldo ninguno en Cataluña. Que alguien me explique cómo se financia este partido que apenas tiene afiliados ni apoyo electoral (ha sido superado en votos por el PACMA o Escons en Blanc)

-                     Ojo a la CUP. Eran de los pocos que además de la cuestión nacionalismo sí-nacionalismo no, llevaba un programa de medidas sociales definido.

-                     El sistema electoral injusto que hace que a los partidos minoritarios le salga más caro el escaño: A la CUP le sale cada uno por 42.000 votos y a Ciutadans por 30.000. En cambio a CIU por 22.000 y al PP por 24.000
 
Están son nuestras conclusiones. Puede que sean interesadas y parciales, pero seguro que no menos que los análisis “objetivos” de los profesionales de la política.

martes, 20 de noviembre de 2012


            El pasado mes de febrero salió publicado en El Mundo un artículo titulado “El suicidio, la epidemia del siglo XXI”. Sacaba a la luz datos sorprendentes, como por ejemplo que el suicidio es la causa más numerosa de muerte no natural en el mundo, por encima de guerras y accidentes de tráfico. Otro dato a destacar es que en España, cada cuarenta segundos se suicida una persona. Puede parecernos  exagerado, pero no lo es si nos paramos a pensarlo, pues casi todo el mundo tiene un caso cercano. Quizá ahí está la clave de porqué el suicidio es un tema tabú (condenaciones al infierno aparte): nos tenemos que parar a pensarlo. Nuestro cerebro funciona con este tema como lo hace con el resto de muertes traumáticas: cuando un ser querido decide quitarse la vida, aunque hacemos lo posible por mantener vivo su recuerdo, intentamos desterrar su forma de morir a lo más profundo de nuestro subconsciente para no rememorarlo en exceso.

            No extraña por tanto que también sea tema tabú en los medios de comunicación. Hay una norma ética en la carrera de periodismo que dice que “El suicidio no es noticia”. Podemos estar de acuerdo con esta afirmación, porque realmente, que una persona ponga fin a su vida no aporta nada de información. En cambio a veces sí aparece en los medios cuando la persona en cuestión decide hacerlo en público o de manera llamativa o cruel. Pero entonces, el hecho en sí de suicidarse aparece en un segundo plano. Por ejemplo, si uno se quema a lo bonzo, se destaca el motivo por el que lo hace, normalmente reivindicativo. En el segundo caso, si por ejemplo uno se quita la vida después de matar a su mujer, se destaca como un caso más de violencia de género. Nunca se profundiza en el hecho en sí de suicidarse, el hecho en sí de despreciar algo tan valioso como la propia vida. Habrá que pensar entonces que si la prensa omite o difumina los suicidios es por evitar llenar los noticiarios de material morboso. Pero en los medios hay ejemplos a miles cada día para descartar esa hipótesis. El argumento que se  utiliza para afirmar que el suicidio no sea noticia es, que no es conveniente publicar estas noticias para evitar el “Efecto llamada”. Periodismo responsable pues.

            Juan Carlos Pérez, sociólogo e hijo de suicida, publicó una obra llamada “La Mirada del suicida”. En ella hay varios testimonios de personas que han sufrido el suicidio de un ser querido, empezando por el propio autor. También aparecen estudios realizados por psicólogos donde analizan los rasgos más comunes de los suicidas. La mayoría de ellas podría deducirlas cualquiera y se resumen en dos: algún tipo de enfermedad mental e infelicidad. La primera causa es difícilmente diagnosticable y la mayoría de las veces, se manifiesta con el primer intento de suicidio. En cambio en la segunda, percibir la infelicidad de una persona próxima está al alcance de cualquiera. Es fácil identificar a una persona que sufre y no mucho más difícil interesarse por las causas de ese sufrimiento. También en este caso, la mayoría de las ocasiones los motivos que la causan son bastante fácil de imaginar: tristeza, soledad, mala situación económica y laboral o problemas sociales son los más habituales. No pocos suicidas se sienten solos y abandonados, y matarían por un poco de atención. Es por eso por el que se evita publicitar los suicidios, porque si una persona que se lo está planteando ve que otro lo hace y recibe un “reconocimiento social (ya sabemos que todos somos mejores cuando morimos), puede ser el impulso definitivo que le lleve a hacerlo.

            Es muy loable que los medios de comunicación velen porque no se extienda la moda del suicidio. Sin embargo, el número de suicidas es alarmante. Hace 50 años el número no excedía de 1.500 al año y ahora no baja de 3.000. Según el Instituto Nacional de Estadística, el número de suicidios en 2009 era de 3.429 y en 2010 de 3.145. Todavía no están las cifras de 2011 y 2012, pero todo hace indicar que el número aumentará y además, en más alto porcentaje. En cambio, el número de personas con alguna psicopatía no aumenta al mismo ritmo, por lo que quizá haya que buscar el motivo de ese aumento de muertes en la mayor infelicidad de las personas. La pregunta pues es sencilla: ¿Ha sucedido algo importante en España en los últimos 4 o 5 años? Efectivamente, es fácil deducir que la crisis y sus responsables están detrás de estas muertes. No hay ningún sociólogo que se atreva a afirmarlo aunque es la respuesta más sencilla a este aumento. Quizá no lo afirmen temiendo también el efecto llamada.

Estos últimos días estamos viendo que el “Efecto llamada” realmente existe. En apenas un mes se han dado varios casos de suicidios por un inminente desahucio. Incluso se han rescatado noticias de casos similares de hace algunos meses. La notoriedad en medios de las víctimas quizá ha empujado a otros a hacerlo y como consecuencia, el gobierno ha decidido ponerse a actuar. No porque lamente ser en gran parte responsable, sino porque ha surgido la alarma social.

            Quizá también todo este razonamiento sirva para explicar porqué en ocasiones se omiten informaciones que sí deberían tener más presencia en los medios por su relevancia, como fue el caso de la revolución islandesa. Quizá por miedo al “efecto llamada”. También explicaría porqué en España esta noticia tampoco tuvo apenas seguimiento

 


 

¿Miedo?
 

miércoles, 14 de noviembre de 2012


Hoy España está llamada a la huelga general. Es curioso que se haya puesto de moda la idea de que “yo no voy porque no sirve para nada” cuando en la historia podemos observar numerosos casos de huelga que sí sirvieron. Es más, no siempre tenemos que hacer las cosas únicamente por los resultados no? O eso pienso yo.

Otro argumento  que no comprendo es el de gente que está contratada por un organismo público, con lo cual es impensable que pudieran tomar represalias con él o ella, que tienen un sueldo que pasa de los tres ceros y que argumentan que si hacen huelga irán apretados todo el mes, se les descojonará el presupuesto familiar o “oye! Que yo pago una hipoteca!!”, cuando hay familias que pasan el mes con 400 euros, eso sí, las tardes no las pasan en un centro comercial ni comen en un restaurante los domingos. Comprendo casos personales de  coacción o amenazas por parte del impresentable del que depende tu puesto de trabajo. También comprendo, bueno, también se (porque no logro entenderlo) que hay gente que no la hace porque sencillamente está eye to e ye con el gobierno, feliz y contenta con su política antiplebe.
He husmeado entre las piernas de la historia para encontrar huelgas que sí sirvieron de algo, veamos:

EGIPTO
La primera huelga de la que se tiene constancia tuvo lugar en Egipto en el 1556 antes de Cristo. Los trabajadores que participaban en la construcción de la tumba a Ramsés III se negaron a seguir levantando el monumento funerario, ubicado en el Valle de los Reyes, hasta que no se les pagaran el salario atrasado. La protesta está recogida en un papiro de la época que se conserva en el Museo Egipcio de Turín.

La situación no fue nada fácil, pero los obreros finalmente llegaron a un acuerdo con las autoridades y su protesta fue llevada a las máximas jerarquías del Estado, el límite de tolerancia de los trabajadores se había rebasado. Finalmente se les entregó lo que se les adeudaba, pero se les prohibió volver a hacer una huelga (¿Por qué era efectiva?). Esta primera huelga sentó un modelo en Egipto, porque nunca desaparecieron.

ROMA
La Secessio plebis está considerada como la primera huelga general de la historia. Fue una forma de protesta de los pebleyos por los abusos de los patricios, a los que dejaban sin sus servicios abandonando la ciudad. De acuerdo a varios autores las secessio plebis forman la base del desarrollo del derecho constitucional romano.


ESPAÑA
El gobierno de Felipe González tuvo que enfrentarse a la mayor huelga general de la historia de España, convocada el 14 de diciembre de 1988. La huelga fue convocada por los sindicatos por una reforma laboral que abarataba el despido y que empeoraba las condiciones de contratación de los jóvenes y supuso la ruptura evidente del gobierno con UGT. Con un seguimiento masivo (ocho millones de personas, el 90% de la población activa de entonces, secundaron el paro), el país fue paralizado durante 24 horas, obligando al gobierno a negociar con los sindicatos. Felipe González recibió su primer gran golpe político. La reforma prevista fue retirada y se incrementó el gasto social.

INDIA
No hay que remontarse mucho para encontrar la mayor huelga de la historia. El pasado mes de febrero India celebró una gran huelga general que estuvo seguida por decenas de millones de trabajadores. Las reivindicaciones eran variadas, desde incrementar el salario mínimo, la lucha contra la corrupción o la defensa del sector público.


Hasta aquí mi selección de huelgas. Obviamente las huelgas más efectivas son las que tienen un mayor seguimiento, con lo cual el argumento de “no sirven para nada” queda desterrado al fondo del WC, cuando esas mismas personas con las causa de que no funcionen. Hemos de plantearnos que si el Gobierno quiere restringirlas es precisamente porque las temen.
Para cerrar este post nombraré una última huelga: en España fue muy importante la gran huelga minera de Asturias en la primavera de 1962.La denominada “huelgona” se extendió después a otras zonas del país y tuvo una importante repercusión internacional. Contó con el apoyo de gran número de intelectuales españoles y extranjeros. El régimen del dictador Francisco Franco respondió de la única manera que sabía hacerlo: con encarcelamientos, torturas, destierros. Vaya, otra vez el miedo al pueblo, reducido con violència.


Y esta es  mi humilde opinión sin pretensión de violentar a nadie que no esté de acuerdo conmigo.
 




viernes, 9 de noviembre de 2012


  Gabriel García Márquez dijo en una ocasión: ‘‘los escritores han gastado mucho las palabras. Han dicho muchas tonterías sobre la necesidad de escribir, sobre la vocación del escritor. Se siente la necesidad de escribir como se siente la necesidad de tomar agua. Uno siente sed”. Me gustó. Me gustó porque a veces parece que si uno dice con la boca pequeña que también escribe tiene que tener grandes pretensiones o parece que las tenga. A veces uno escribe porque siente esa necesidad igual que puede sentir la necesidad de hablar con alguien cercano. ¿Porqué sino hay tantos psicólogos que hacen escribir a sus pacientes sobre sus emociones?
  He llegado a leer que al ser humano le gusta escribir para entender su vida, otros sienten la necesidad de plasmar el torrente de palabras e ideas que bulle dentro de su cerebro y finalmente supongo que el que ama leer, acaba jugando a escribir sea lo que sea. Obviamente hay una gran diferencia entre aficionados y artistas, como explicó Truman Capote en un prologo a propósito de sus comienzos: «Al principio fue muy divertido. Dejó de serlo cuando averigüé la diferencia entre escribir bien y escribir mal; y luego hice otro descubrimiento más alarmante todavía: la diferencia entre escribir bien y el arte verdadero; es sutil pero brutal.»

  Hoy internet brinda la posibilidad de que cualquier mindundi motivado como nosotros se  lance al abismo de las palabras sin la menor consideración y airee sus escritos  ante los ojos de los demás mediante un blog. La temática podrá ser cualquiera, aunque ya sabéis de qué pié cojeamos.
Y así queda inaugurado  “Psyches Iatreion”, un nombre quizá algo pretencioso, pero toda ilusión tiene su pretensión...

PSYCHES IATREION
- Antigua inscripción griega colocada sobre la puerta de la biblioteca de Thebas
cuyo significado es “lugar de sanación de la psique (alma/mente)”